domingo, 11 de septiembre de 2011

Buscapié: Celebdeidad

En palabras de Fito Páez:

Nuevo es este cielo, es nuevo para mi.
Dos torres calleron lo siento por ti,
en fin no hay nada nuevo
ni más antiguo que el sol,
son dos pibes haciendo el amor...

Que otros se concentren en el pasado: you miro el presente y lo que implica para nuestro futuro...

11 Septiembre 2011
Celebdeidad

Gabino Iglesias

Malas noticias: falló plenariamente el rezo incansable. De un cielo desahuciado no caen oportunidades de empleo, hablar en lenguas no incrementa la cuenta de banco (excepto la de los falsos profetas) y las puertas del averno parecen yacer abiertas en cada esquina.

Sin embargo, la desesperación se esfuma de inmediato cuando, en medio de esa insoportable situación, llega como espíritu santo embutido en trapos de diseñador alguna celebdeidad. ¡Ah, esa caricia distante de lo imposible!

Con sólo desearlo la celebdeidad convierte un divorcio ajeno en causa de pesares propios y un amor extraño lo sentimos como nuestro.

La foto de un ser supremo en bikini adorna múltiples portadas y se olvida ante esa plástica y quimérica perfección cualquier indicio de alta presión. Ante la muerte de algunos niños en África, otra celebdeidad se viste con carne y nos enseña el verdadero significado de la ironía.

Alguna celebdeidad con voz de gato en plena violación se apunta otro galardón a su lista, otra gasta en zapatos la deuda externa de Haití y algún adonis desviste su torso para reanimar los sueños de las amas de casa.

Mientras una celebdeidad cuelga en el ojo público su ropa interior y alguna otra prescinde de la misma para aumentar su santidad, las masas imploran por más con el hocico abierto y los ojos cerrados. Más tarde, cebados todos de la gloria inmerecida de sus dioses, se da la vuelta la masa y se regocija con el regalo perfecto, el que nos permite volver a los más hondo y hediondo de la cuneta con la certeza de que las celebdeidades está al alcance de nuestra mugre: un desvarío imperdonable, una mentira destapada, una foto comprometedora, una celulitis desvelada o la aparición rojiza de una psoriasis común y corriente.

En algún lugar oscuro y lleno de azufre, se escuchan las palabras de un profeta alcohólico con cara de desastre: “En un lugar donde las masas elevan a los ineptos a la categoría de héroes ricos”.

El autor es estudiante doctoral.

Aquí está el original.

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